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Aunque vayan sin cresta, son mucho más combativos contra el sistema los que estudian y se preparan para transformar la realidad.

lunes, 15 de agosto de 2011

Libertad.

En mi habitación, a oscuras, quiero olvidar por un momento quien soy, estoy harta, ¿Porque yo? Entre seis mil millones de personas y solo unos cuantos cargamos con esta tortura, necesito no pensar en nada, tiempo, para mi no existe el tiempo, tengo demasiada gente por la que dar mi vida, demasiada gente...
(En la ciudad azul, allí donde viven los seres que marcan la diferencia entre el bien y el mal, allí esta él, sentado al lado de esa figura, jamás he entendido porque le gusta tanto, ni tampoco porque me habla sobre ella como si algún día pudiera llegar a cobrar vida, es... imposible que un ángel y un caído se fundan en la pasión incontrolable de el amor, sin que el ángel sea tentado y se arrastre al infierno.)

-Gabriel, quería hablarte, creo que necesito un tiempo para arreglar mis problemas, no se, necesito olvidar lo que paso entre Álex y yo, necesito alejarme de este mundo.
-Carla, no puedes, este mundo, es tú mundo, no puedes huir de lo que eres, de quien eres, puedes engañarte pensando que eres una simple persona entre el gentío, pero no estas destinada a ser eso, tú vida no se resume en vivir con las personas a las que quieres, tú vida va a más, y te guste o no, tu cometido es contribuir a que la vida de los demás sea fácil, que las personas sean buenas, y no cometan errores que les marquen por una eternidad.
-Pero, yo no elegí ser quien soy, ser lo que soy, a mi no me preguntó nadie si quería ser un ángel.
-¿Acaso crees que a mi me gusta serlo? Solo te pido una cosa Carla, cumple con tu cometido, y olvida quien eras antes de esto.

Está lloviendo, corro hacia casa de Hugo, necesito recordar donde deje mi misión ayer.

-¿Que estas haciendo tu aquí?
-Vaya, ya ni un me alegro de verte, por cierto Carla me gustan tus alas.
-Gracias hombre, de algo me tenia que valer mi odio hacia ti.
-Vaya, ahora me odias, hace unos meses no decías lo mismo.
-Álex, deja ya ese tema por favor, y deja ya a Hugo, no me vas a ganar en esta batalla.
-Eso, ya lo veremos mi querida Carla.

Vuelvo a casa, necesito descansar, lo he conseguido, Hugo, se ha ido, no ha caído en la tentación pero, a pesar de eso, no soy feliz. Cada una de las personas a las que quiero ellos se empeñan en hacerles daño, en apartarles de mi lado, cada vez estoy más sola, pero... Que tonta fui, yo tan solo soy un peón en un ajedrez gigante en el que el bien lucha contra el mal, es una simple batalla, pero no puedo despistarme, no puedo intentar ser yo, eso son cosas que no valen la pena, no puedo pararme a amar, a besar, no debo. Este juego no esta echo para débiles, no hay momentos de debilidad, ni tentaciones que valgan. Solo puedo soñar.

-El corazón, puede envolverte en el amor, puedes amar, o ser amado, pero piensa que habrá una caída, y que cuanto más hayas amado, desde más alto será.
-Pero, ¿Se puede vivir sin amor?
-Yo no podría vivir sin amor.
-Entonces, Gabriel, ¿Como sabemos cuando debemos amar? ¿Y a quien debemos amar?
-No lo se Carla, solo te digo que cada una de las personas a las que ames, te harán daño.
-¿Quieres decirme que los ángeles no tienen derecho a amar?
-Piénsalo. Tal vez algún día te des cuenta de que tus alas valen para algo más que para volar.


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