Ha llegado la hora, yo voy a enfrentarme a la muerte, si te fijas queda poético, el ángel muere junto la persona que le ama. Supongo que este día terminaría por llegar. Y por desgracia hay ángeles para los que amar es una necesidad, al igual que comer o dormir. Yo necesito la sonrisita tonta que se te pone a todas horas cuando estas enamorado, necesito los besos sin sentido que tanto me gustan, necesito la pasión que funde a dos cuerpos cuando hacen el amor, necesito a esa persona que me asegure que mañana todo irá bien, necesito un te quiero.
-Álex, has venido.
-Si, no se lo que quieres pero parecía importante.
-Mátame.
-¿Como pretendes que te mate?
-Solo aquel que ama a un ángel puede matarlo. Venga hazlo.
(Álex se abalanzó contra ella, y la tumbó entre la hierba)
-No voy a matarte, no puedo, te quiero, y no puedo imaginarme un mañana sin ti, no puedo.
-Deja de mentirme, y hazlo de una puta vez.
-¡Que no puedo joder! ¿Tu nunca has tenido un amor de verdad? Un amor de esos que se te agarran al cuello y no te dejan respirar. Yo si Carla, eres tu. Y no me pidas que te mate, porque soy incapaz, soy incapaz de hacerte daño.
Las alas del ángel abrazaron al caído. Lo mantuvieron en sus brazos, ambos se alzaron hacia el cielo azul, se respiraba la paz entre ellos, el ángel no se equivocaba con su fe, el caído tenia corazón. Y ella lo había rescatado, había cumplido su cometido, sus alas la empujaron a la felicidad, a la libertad de saber que el amor, aunque sea improbable, aunque algunos piensen que no vale la pena, es inevitable. FIN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario