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Aunque vayan sin cresta, son mucho más combativos contra el sistema los que estudian y se preparan para transformar la realidad.

lunes, 15 de agosto de 2011

Libertad; tercera parte.

Recuerdo a Miguel y a mis padres, supongo que desde el accidente nada es lo mismo, me doy asco, ¿Porque yo? Ellos mueren y yo, salgo de un coma y resulta que soy un ángel. Me acuerdo de cuando la doctora me dio el alta y baje por las escaleras de aquel hospital y sentado al final encontré a Gabriel. Recuerdo sus palabras "Carla, ahora eres parte de mi mundo".
He estado acompañada por los ángeles desde que ocurrió el accidente, pero, me he sentido tristemente sola. ¿Sabes esa sensación? Es como un nudo en la garganta, un dolor de cabeza, es miedo...

-Se lo que sientes.
-Supongo que el dolor para ti es menos intenso...
-El tiempo cierra las heridas pero no siempre las sana, hay siempre un dolor, pequeño, es una espina que se clava en tu maldito corazón, ellos envejecen y nosotros nos quedamos en un punto fijo, es como si los años no pasaran, lo peor de todo, es que no olvidas nada.
-Gabriel, ¿Como se puede matar a un ángel?
-No es fácil, te aseguro que no es fácil, no es como matar a un caído. Solo aquel que te ame de verdad podrá hacerlo.
-Esmeralda te lo pidió ¿Verdad?
(La pregunta se ahogo, se ahogo en un mar de silencios, Gabriel sabía lo que debía contar y lo que no.)


Hoy hay luna llena, siempre me ha gustado la luna llena, pero, hoy siento algo especial en ella, Miguel.
-Carla, eres la luchadora que todos esperábamos, no puedes rendirte.
-Tu no sabes nada, no sabes lo que es estar solo.
-Se lo que es la muerte, y si, ahora viene la parte en que me dices que ojalá estuviera vivo. Pero no, no lo estoy, y de verdad dudo que pudiera hacer lo que tu haces, yo no estaba predestinado a ser un ángel, lo estabas tu.
-Miguel, esto me viene grande. Y ambos lo sabemos.
-Confía en ti misma, no dejes que los demás decidan por ti.

(Dentro, pocos minutos después.)
-Has escuchado a tu hermano, tal vez sea la última vez que lo hagas.
-Creo que para que la herida sane lo mejor es superarlo, aceptar que no están, que no van a volver.
-Vuelves a equivocarte nuestras heridas no sanan, solo cicatrizan, hoy, puedes plantearte olvidarles, pero mañana los recordarás en cada esquina.
-Gabriel, ¿La razón por la que los ángeles no queremos amar es por el recuerdo? ¿Porque nuestras heridas nunca sanan? ¿Es por eso Gabriel?
-Hay cosas que no tienen explicación lógica, el amor es una de ellas, pero tal vez el miedo al dolor nos haga huir, nos haga "odiar" al amor.




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