(Hace apenas dos semanas, en el desierto de ceniza)
-Vaya, has venido... Creí que eras un poquito más lista, pero por lo que veo, tu corazón desarma a tu cabeza.
-No he venido para jueguecitos, dime lo que me tengas que decir.
-Ui, esta no es mi Carla. -Entre risas-
-Álex, ¿Que quieres de mi?
-Quiero que te unas a mi clan, que aceptes mi tentación.
-No, no acepto. No me gustaría ser como tú.
-En ese caso, quiero decirte todo lo que un día no te dije.
-Adelante.
-Carla te he mentido tanto, he llegado a la conclusión de que eres demasiado ignorante, ¿Acaso creíste alguna vez que yo te amaba? Por favor, como iba a amar yo a un ángel, ah no disculpa, a un ángel sin alas. Nunca te he querido, solo quería que te unieras a mi, eres fuerte, tú nombre lo dice. Pero no estas echa para ser un ángel, eso te queda grande.
-Basta, basta ya.
(Corrió hacia él, se abalanzo y lo derrumbó, de pronto apareció la espada del ángel, con ella podía matarlo, pero, su corazón no lo permitió, ella sabia que no estaba perdido que no había caído del todo, ella tenía esperanza alguna en que él algún día resurgiera. Y con la misma delicadeza que Cánova esculpió "Psique reanimada por amor" Carla desplegó sus alas, era un ángel.)
(En la ciudad Azul; Gabriel toca en su viejo piano una pieza de Mozart, no quiero interrumpirle pero debo contarle lo sucedido, mi pesadilla.)
-Gabriel, lo ha vuelto a hacer, se ha vuelto a colar en mi mente.
-Debía haberlo supuesto. Te vieron luchar, eres más fuerte que él.
-¿ Tendré que cargar con esto hasta el fin de los tiempos?
-Carla, no cometas el mismo error que cometí yo, a veces el amor nos ciega, pero hay que andar erguido ante él, y no dejarte caer.
-¿Que pasó? ¿Que hubo entre tu y Esmeralda?
-Los ángeles y las personas somos débiles, nuestros sentimientos nos debilitan, ella era joven y llena de vitalidad, yo ya había vivido mucho, eran distintas formas de ver la vida, a veces debes imponer tu mente a tu corazón, debes acostumbrarte a ser rechazado, a ver cosas que no te gustan, y que cuando todos caigan, en el fin de los tiempos, nosotros seguiremos vivos.
Huelgas sentimentales, los ángeles estamos destinados a crearlas. Me recuerda a aquella historia de ese rey que todo lo que tocaba lo convertía en oro, era triste ver como incluso su mujer y sus hijos, acaban siendo oro. Supongo que los ángeles no podemos amar, va en contra de alguna teoría, de alguna ley estúpida. Con lo que no contaban es que amar, es inevitable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario