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Aunque vayan sin cresta, son mucho más combativos contra el sistema los que estudian y se preparan para transformar la realidad.

martes, 21 de junio de 2011



Una vez una niña tenia un grano de arena decidió guardarlo en un lugar especial, quedaba dentro de su corazon custodiado por un bosque de hadas y duendes, el grano de arena derrepente se convirtió en amoniaco, y le quemó el bosque, al poco tiempo el dolor era soportable, pero tanto guardarse los granos de arena se hizo una pequeña montaña, la montaña dolia, dolia mucho, le quito la sonrisa, no sabia sonreir, y con esa pequeña montaña se hizo un everest, hasta que alguien le agarró la mano y le dio una caja de musica con una bailarina al abrirla sonó una canción que ella conocia: " ...everybody hurts some days, it's ok to be afraid, everybody hurts, everybody screams, everybody feels this way..." en la otra mano apareció sin más una pluma con un brillo especial, oyó una voz en su interior, le hablaba como si hubiera pasado toda la vida a su lado, le hablaba con confianza, sobre secretos, su voz le era familiar, le dió a elegir entre vivir atrapada en el pasado de una montaña de granos de arena, o cogerle la mano, dejar a un lado el orgullo y contarle todo aquello que algun dia le hizo llorar, agarrar la pluma con fuerza y saber que siempre va a estar acompañada, que ningun grano de arena le va a arruinar la vida. La niña cogió la mano de esa voz y era alguien conocido muy conocido, era un granito más de esa enorme montaña que algún dia creo, era aquel al que habia echado de menos, era su abuelo. De pronto su imagen desapareció, pero su voz seguia en su interior, latente...



¿La moraleja de esta historia? Solo nunca puedes.

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